sábado, 19 de noviembre de 2016

En un parpadeo


No te enamores del recuerdo, no suspires con las cartas viejas y arrugadas, piensa que la rosa guardada entre las hojas de tu libro preferido de poesía ha perdido ya su aroma y  el rastro de su jardín.
Piensa que existe este momento, pero nadie nos asegura donde estaremos cuándo la manecilla larga del reloj bese su siguiente posición. Cuán cerca de mi habrás llegado ó cuán difícil será despedirte para siempre.
No me prometas quererme toda la vida, ni todo el día ni toda la noche,    por qué finitos somos y efímera es tu sombra.

Por qué yo te amo. Te amo ahora, en este momento que te veo durmiendo y no se qué tanto habrá crecido esto en mi pecho cuando respires en el siguiente segundo o cuantas ganas tenga de no volver a verte para cuando escriba la siguiente palabra.

Así funcionan mis engranes, a base de la incertidumbre.
Desgraciadamente eres mi vida y vivo deseando que seas mi muerte por qué sólo así tendría asegurado terminar en tu regazo sin importar el camino que elija tomar o el camino qué elija tomarme.

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